El oficio del librero

 Por: Luz de Alba / Dirección administrativa La valija / Mamá de 2 


“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”

Confucio

 En los últimos cuatro años me he dedicado a mis hijos, a la casa y a La valija (sí, en ese orden). El título de librera con el que me empiezo a identificar, aún me queda muy grandequizás me vaya mejor, aprendiz de librera.

Yo no estudié letras, y aunque desde muy chica descubrí el placer de leer, no me imaginaba que la lectura y los libros se convertirían algún día en mi trabajo. Tampoco cuando comenzamos el proyecto de La valija imaginé que me daría tantísimas satisfacciones. ¡Es, en verdad, un trabajo bonito!

Si me preguntaran cuáles son mis momentos favoritos en la librería mencionaría tres.

 

El primero es todo lo que involucra la selección de libros: estar al pendiente de novedades, la espera, la emoción al recibir las cajas llenas de libros (una emoción parecida a laque sentía de niña durante la Navidad), destapar las cajas, disfrutar del aroma concentrado de los libros nuevos, leer,compartir las nuevas lecturas con mis hijos (quienes han crecido muy involucrados en el negocio), descubrir libros que me dejan sin palabras, la ilusión de saber que pronto podré compartir el nuevo descubrimiento con algún cliente, creer haber descubierto alguna historia hecha a la medida para alguien a quien conozco, y la oportunidad de tener a la mano muchísimos más libros de los que podría comprar.

Otra parte hermosa del negocio es poder conocer mejor todo lo que va detrás de la publicación de un libro. El trabajo de los autores, ilustradores, correctores, editores, traductores ypromotores de lectura. Cuando uno ve un libro impreso, nada es casual, el tipo de papel, el grosor de las páginas, su tamaño, la encuadernación, todo es parte de un proceso que involucra a varios expertos que buscan darle la mejor forma a la historia. Con el tiempo he aprendido a valorar y a notar cada una de esas características y me siento afortunada de poder hacer llegar a más personas todo este esfuerzo materializado en unas cuantas páginas.


La parte del oficio que más me gusta son las pláticas con otros lectores, cuando algún cliente busca recomendaciones para sus hijos o para algún regalo o sobre algún tema en especial; cuando me platican de sus experiencias de lectura, o me recomiendan libros o autores que aún no conozco. Me fascina escuchar a los niños platicando de sus cuentos favoritos y verlos mostrar curiosidad hacia algún libro. Extraño enormemente los Picnics de palabras que organizábamos antes de la pandemia, en donde podíamos compartir una mañana de lecturas en el parque con otras familias.

Sé que aún me falta un trecho para poder considerarme una verdadera librera. Es un camino que me ilusiona y me motiva todos los días. Seguiré leyendo artículos y escuchando pláticas sobre diferentes temas relacionados con la literatura y espero también encontrar el tiempo para hacer algún estudio que me permita profesionalizar todos estos aprendizajes. Espero también con ansias poder asistir pronto a alguna de las grandes ferias del libro.

Por lo pronto, agradezco a todos los clientes de La valija que han confiado en nosotros y han apoyado este proyecto que nos regala tanta satisfacción. Y me gustaría pedirles dos cosas (no sé si sea válido pedir): primero, que le apuesten a las librerías pequeñas, en las que el papel del librero sigue siendo importante, y segundo, que sigan compartiendo con nosotros los descubrimientos y emociones que experimentan al leer.

 

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